- Proyectados en 1964 y construidos en 1968, los apartamentos en la Bahía de Mazarrón (Murcia) de Miguel Fisac siempre fueron un manifiesto tan aparentemente sencillo como contundente de buena arquitectura. Su expresiva adecuación al terreno, su rigurosa construcción a base de muros de piedra y fachadas enfoscadas pintadas en blanco y su decidida apuesta por una tipología residencial veraniega basada en un único espacio diáfano mirando al mar, hacen del conjunto un ejemplo del que ójala hubiesen tomado cualquiera de las construcciones que poco a poco han ido invadiendo la zona en los ultimos cuarenta años.
- Pasado un tiempo de abandono, deterioro y cambios en la propiedad, Los apartamentos pertenecen ahora a dos propietarios que se han repartido los volúmenes dos a dos y han procedido a su restauración y ampliación. El proyecto de al menos una de ellas, (según figura en el cartel de obra) esta a cargo de Juan Andres Romero Hernandez y tiene su correspondiente licencia expedida por el Ayto de Cartagena. A día de hoy las viviendas se encuentran casi finalizadas e incluso una de ellas ya esta habitada desde hace algunos meses.
- Dicen que el propio Fisac llegó a ver los planos del proyecto de ampliación. No sé qué se le pasaría por la cabeza en aquel momento…pero apuesto a que contestó: «Haced lo que querais..» Quizá cualquier cosa era mejor que ver a su «prole»demolida de nuevo . (laboratorios Jorba)
- Las imagenes de una y otra época hablan por sí solas. El resultado final de la ampliación esta lejos de respetar, integrarse o camuflarse con respecto a la obra original; y desde luego muy lejos de ser «un pedazo de aire humanizado» tal y como entendía Fisac la arquitectura.
- La masiva y exhibicionista utilización del hormigón visto (en algunos casos mal ejecutado) como material de pretendido contralto respecto a la obra de original, no solo no funciona, sino que el protagonismo de estos juegos de planos grises e inconexos (muros de contención, cerramiento y forjados) acaba definitivamente con el relajante recuerdo de aquellos primeros volumenes blancos apoyados uno sobre otro mirando el amanecer de la Bahia.
- En esta imagen se ve cómo los volúmenes, apenas reconocibles en la configuración actual, parecen emerger pidiendo auxilio. Mención aparte merecen algunos acabados exteriores: Barandillas inoxidables oxidadas, pintura roja, etc..
- Afortunadamente, y gracias una buena amiga que conocía al propietario, tuve la oportunidad de visitar una de las viviendas en su estado actual. Agradezco al dueño su hospitalidad y una agradable café conociendo de cerca la evolución del proyecto desde dentro. Resulta curioso pero él era otro enamorado de la obra original, como yo,como todos los que pasaban alguna vez por aquella carretera y se quedaban mirando en aquella curva, y eso le decidió a comprarla, la casa de su vida.
- La obra de ampliación, pese a todo, esta espacialmente bien resuelta, con un lenguaje moderno y estancias diáfanas, amplias y luminosas,y las vistas……impresionantes…..pero tanto su formalización exterior como la manera de interpretar e intervenir en lo existente me resultaban tan desalentadoras que dudo que pudiera bañarme a gusto en esta nueva piscina que aprisiona las cajas blancas.
- Me despedí de él con una sensación agridulce, contento por haberle conocido, pero triste por la oportunidad perdida, por el recuerdo ya irrecuperable de aquellos apartamentos escalonados y pensando qué habría hecho yo si me hubiese enfrentado a ese encargo. Hay frases que no nos enseñan a decir en la carrera, «preferiría no hacerlo» es una de ellas.
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